¿Quién dijo que tener pareja fuera fácil? Dar, recibir, equilibrio, comunicación, confianza, respeto… ¡Cuántas cosas! Pues yo no tengo una, ahora tengo dos. Una con Hugo, el padre de mis hijos, y otra con Iván, mi socio. Y no, no las puedo comparar pero tienen muchas cosas en común.
Mi relación con Iván comenzó, como buena historia de pareja, como amigos y decidimos hacernos socios tras una buena noche de copas. De ahí pasamos al enamoramiento, al “fall in love” en la idea, en BePoppins, y eso nos volvía locos, nos llamábamos a todas horas, quedábamos para buscar información relacionada con nuestro “bebé”, nos escribíamos Whatsapps interminables. Todo fluía estupendamente pero la pasión dio paso a la rutina.
Después de unas semanas de trabajo agotador, yo paré. No podía más. Esto se me iba de las manos. Cada vez me costaba mas conciliar mi vida familiar con mi vida profesional. Niños enfermos, marido de viaje, la casa, el trabajo (porque sigo echándole un cable a Hugo) y emprender. Demasiadas cosas en muy poco tiempo. No sabía cómo hacer todo en 24 horas sin dejar de dormir. Así que decidí tomarme las cosas con un poco de calma, pero en solitario, sin decirle nada a mi socio, con lo que Iván avanzaba a pasos agigantados y yo acababa perdiéndome. ¿Y todo por qué? Por no hablar, por no decir las cosas. Teníamos un pequeño problema de comunicación.
Era incapaz de decirle que iba demasiado rápido para mí, que no sabía cómo hacer frente a toda la masa de trabajo y que yo no daba mas de mí. No quería excusarme por mi situación familiar, pero era un hecho real; los niños y el trabajo me absorben prácticamente todo mi tiempo, así que tenía que tomar una decisión.
Llegó el día de poner las cartas sobre la mesa y decirnos qué pensábamos el uno del otro, de hablar en qué punto estábamos. Gracias a Val, nuestro mentor, este momento se produjo antes de que tirara la toalla. Tras una buena conversación todo va mucho mejor. Hemos aceptado el tiempo de cada uno, nos hemos impuesto ciertas reglas, y lo más importante de todo, la ilusión y ganas por seguir adelante con nannypoppins.es han vuelto.
Con esto quiero decir que la elección en un momento dado de un socio no es fácil. Hay que saber encontrar el equilibrio en esa relación. Que sea un tándem, que cuando uno no puede sepa que puede contar con el otro y vicerversa y, lo mas importante de todo, que fluya la comunicación.
